Releí un libro que mi padre leía en mi infancia. En
ese libro un personaje hermoso argumenta que el vino y las tabernas existirán
mientras exista el hombre, acaso mientras exista la sed que, para el caso, es
casi lo mismo…
“A mi juicio, el oficio de tabernero es también el más seguro de todos,
porque la sed del hombre permanece inalterable pase lo que pase, y aunque se
tambalease el poderío de los faraones, y los dioses cayesen de sus tronos, las
tabernas y las hosterías no estarían más vacías que antes. Porque el hombre
bebe vino en su alegría y lo bebe en su tristeza; en el éxito alegra su corazón
con el vino y en el fracaso lo consuela de igual modo; bebe cuando está
enamorado y bebe cuando su mujer lo apalea. Acude al vino cuando los asuntos
van mal; riega sus beneficios con el vino. Ni tan solo la pobreza impide al
hombre beber vino…”
Mika Waltari. Sinuhé, el egipcio.
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