Acaba de terminar el 5to.
Festival Azabache, una perla maravillosa y poco valorada de esta
ciudad. Se trata de un gran compendio de actividades preferentemente referidas al
género policial, pero abierto a toda la literatura.
Una charla entre las tantas fue sobre “La renovación de la crónica policial”. Tres periodistas de
medios gráficos y de sección policial explicaron estrategias originales ante la
problemática.
¿Cuál es la problemática? Pues muy simple: el diario de papel llega
tremendamente tarde ante el despliegue de conectividad de los formatos
virtuales. Un señor tendido en la calle, un perrito que cayó de un séptimo piso
y alguien los ha filmado y los ha viralizado y los portales de internet lo
replicaron al infinito y…el pobre diario de papel…recién saldrá mañana por la
mañana…
Ante esto, los tres jefes de redacción
de policiales de diferentes medios: Fernando del Río, Rolando López
y Mario Marucca expusieron lisa y llanamente cómo forzaban el ingenio a
fin de que exista un motivo para leer una noticia policial en las páginas de un
diario que ya ha llegado tarde…
Y los ejemplos eran maravillosos: surgían notas que exponían por ejemplo “la autobiografía de un camión de
transporte, robado”, “los insólitos
alias de los delincuentes y sus razones de ser”, o ese plus supuesto a la
hora del crimen que puede no ser cierto pero que seguramente puede no ser falso
como decir “en esa mañana de frío, el
asesino, se calentaría las manos poniéndolas en forma de cuenco y soltándole su
aliento mientras esperaba la aparición de su víctima…”
En definitiva, artilugios para disfrute del lector, para la atracción,
para darle un motivo de lectura a algo que, seguramente, ya se sabe.
Acaso, agregar Literatura a una realidad tremenda y triste. Para
ello está esa “no ficción” que no es
ficción pero sí es también ficción.
La eterna caja mágica de la Literatura para salvar el medio
gráfico…
La Literatura, para salvar lo que sea…
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