La cuestión ha sido creer que las producciones
culturales populares son realmente de poca calidad, es decir “malas” en el
sentido estético y simple de la palabra.
Alguna vez le preguntaron a Vinicius de Moraes
por cuál es el peor de los defectos que se le puede hallar a una persona, a lo
que respondió “la vulgaridad”.
A partir de ahí encontramos la clave de su obra:
separar lo popular de lo vulgar, mostrar que la creación popular puede no ser
vulgar…
Debe no ser vulgar…
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