Esto decían
las antiguas biografías de Emilio Salgari, autor de cientos de novelas
de aventuras, entre ellas la maravillosa saga: Sandokán.
El biógrafo Juan
Tébar refuta con criterio: “Salgari
nace el 25 de agosto de 1862 en Verona y se suicida el 25 de abril de 1911 en
Val San Martirio, cerca de Turín. Entre estas dos fechas, una vida oscura,
llena de pasión interior. Y de palabras, palabras, urdiendo las aventuras no
vividas.”
Entonces
¿quién inventó la otra vida, la vida que Salgai nunca tuvo?
Fue un tal Lorenzo
Chiosso con la complicidad de uno de los hijos de Emilio Salgarí
llamado Nadir, la obra se llama Le mie memorie, y
es de 1928.
Ahora bien… ¿acaso Salgari no preferiría la
biografía de Chiosso por sobre la de otros autores más documentados que
intentan acercarse a la verdad?
Las
biografías ¿no son también narraciones algo ficticias? ¿Cuánto de cierto hay en lo que
otros nos digan sobre las vidas de otros?
Estoy con Salgari,
y con Lorenzo Chiosso que trató de darle la vida de aventura que no
había tenido.
Ojalá todos
los hombres del mundo que no hemos tenido la vida que soñamos, tengamos al
menos, un biógrafo embaucador…
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