Insisto con Cervantes, creo que resuelve la cuestión.
Las brujas se untaban…
Hacían extravagantes ungüentos con los que se embadurnaban todo el cuerpo
y entraban en éxtasis.
Y no eran bellas pero en trance se sentían bellas.
Y gozaban de placeres perdidos…
Y hasta pudiera ser que la untura les diese una hermosura tan atractiva
como fugaz o que sólo lo soñaran.
Transcribo a Miguel, el grande:
''Pero dejemos esto y volvamos a lo de las unturas;
y digo que son tan frías, que nos privan de todos los sentidos en untándonos
con ellas, y quedamos tendidas y desnudas en el suelo, y entonces dicen que en
la fantasía pasamos todo aquello que nos parece pasar verdaderamente. Otras
veces, acabadas de untar, a nuestro parecer, mudamos forma, y convertidas en
gallos, lechuzas o cuervos, vamos al lugar donde nuestro dueño nos espera, y
allí cobramos nuestra primera forma y gozamos de los deleites que te dejo de
decir, por ser tales, que la memoria se escandaliza en acordarse dellos…”
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