“Como me
gustaría creer en la ternura…”
S.P.
Muy temprano por la mañana, el 11 de Febrero
de 1963, en Londres, en la casa del 23 Fitzroy
Road, cerca de Regent’s Park, Sylivia
Plath va al cuarto de sus hijos, que duermen, y les deja vasos de leche y pan
con manteca, por si se despiertan con hambre. Pasa después a la cocina y con
una toalla sella el espacio entre la puerta y el suelo, abre el horno y con
otra toalla hace una almohada para recostarse y apoyar su cabeza allí mismo,
prendé el gas al máximo y duerme para siempre…
“Morirse
es un arte
como todas
las otras cosas.
Yo lo hago
excepcionalmente bien…”
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