domingo, 7 de agosto de 2011

Spiderman, el superhéroe del sacrificio personal y una versión olvidada.

 Los superhéroes de historieta suelen ser tipos muy sacrificados. Por lo general su condición heroica no les permite desarrollar una vida personal, feliz y tranquila.

  Sus poderes les imponen el deber de defender el mundo casi como un sacerdocio. Por ende, sus beneficios personales quedan postergados.

  Clark Kent debe ser siempre el sumiso Clark que no puede concretar sus amores con la olvidada Linda Luna ni con Luisa Lane. Wayne (Batman)  sólo puede aspirar  a ser un solterón codiciado.

   La lista de imposibilidades privadas podría ser interminable.

 Pero a mí se me ocurre que el más doliente es Peter Parker, porque apenas logra mantener un modesto trabajo y pierde una y otra vez el amor de su chica.

 Nunca llega ni llegará a ninguna cita.

 Su deber lo llama.

 Vive con una anciana tía.

 A pesar de que nuevas versiones advenedizas intenten decir otra cosa, su destino de sacrificio y soledad está escrito de manera irrefutable. Y es al que más lo vemos sufriente en el tradicional comic y en la maravillosa serie animada.

 Yo recuerdo una precaria versión cinematográfica de 1977 que entusiasmó a los niños de entonces.

Nicolas Hammond en 1977

 Las nuevas versiones fílmicas sin duda son de excelente calidad pero no guardan la magia de aquella.



2 comentarios:

  1. Doctor, lamento confirmarle por este medio que este fin de semana Spiderman pasó a mejor vida en manos del Duende Verde, un amigo seguidor del comic casi llora por su héroe favorito. Igual supongo que, al mejor estilo Sherlock, volverá a la vida de alguna manera.

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  2. Nooooo ¿y así me lo dice? ¡Tan sin reparo! Disculpe la infidencia pero: ¿fue el señor Candria quien le dijo tal cosa? ¿Ese profesor que esconde en su desván más de cinco mil comics...?

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