Dicen que los viejos se quejan de los contenidos que el público consume hoy en día: “Esas porquerías que mira la gente”, en referencia no pocas veces a lo que aparece en cine y series. Y ahí la vamos de nuevo como con lo del “huevo y la gallina”: “Pero es que la gente consume porquerías porque es lo que le ofrecen, pero le ofrecen porquerías porque es lo que la gente quiere”, y así…
Y hablando de porquerías
es que nos preguntamos si la narrativa cinematográfica no se ha nutrido
demasiadas veces de las historias de delincuentes, malvivientes y otros sujetos
afines.
Muy posiblemente, pero en
especial cuando toman ciertas características legendarias. No haríamos un
listado ahora, pero evocamos a Bonnie and Clyde y TheUntouchables,
que en realidad ponderaban al policía idealista que perseguía al mítico Al Capone.
En estas tierras, la moda
está en que las plataformas nos ficcionalizan las “hazañas” de inmorales y
asesinos locales, que están vivitos y coleando en prisión o en libertad. Nos
referimos a la serie “Coppola, el representante” que
narra las “edificantes” acciones de quien fuera, entre otras cosas, representante
de Diego Maradona y nos referimos a “Nahir”, una jovencita que tomó el
arma reglamentaria de su papá policía y puso dos balas en el cuerpo de su
joven novio al que privó de la vida.
Lo que le dan a la gente…
Lo que la gente quiere…
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