Ya sabe este puñado de lectores entusiastas que, en este espacio, no somos amigos de estirar las cosas. No solo no estamos de acuerdo con tantas secuelas, sino que también protestamos contra muchas remakes. Nos gusta la magia primera y todo lo que viene después nos resulta “reflejo de reflejo”.
Pero claro, dicen algunos que
opinamos como inocentes espectadores. No amamos las continuaciones porque no
participamos de las ganancias que generan. Y bien que puede ser cierto y bien
que me alivia estar a salvo de la tentación.
“Rápidos y Furiosos” (“Fast
& Furious”) es una serie de películas y cortometrajes, una serie de televisión, espectáculos
en vivo, videojuegos y parques temáticos. ¿Qué se le puede objetar dentro de una
cosmovisión comercial? Todo está muy bien.
Pero, como aquí hablamos como
simple espectadores, por supuesto que la cosa ya nos causa gracia y fastidio.
Además, y por si fuera poco, ya
está anunciada un película 11, esta vez sí, la última.
¿Quién podría creer semejante
cosa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario