Acabo de leer en una revista literaria al Sr. Matías Serra Bradford y rescato su concepto de poner a prueba una lectura así sea por una conducta “neurótica” propia…
“Al
cabo de un buen tramo de páginas, incluso, quizá el lector sienta el impulso,
más bien neurótico, de poner a prueba el libro en un ambiente ruidoso, como si
a la novela le faltara algo, un componente ajeno a sus páginas, perteneciente o
no a quien las reactiva, o le faltara eso, sortear un obstáculo, como si el
libro mismo debiera someterse a los pactos de una fábula…”
De ahí deviene en dejar el
silencio de nuestro hogar para ir a leer al café a ver qué pasa…
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