Desde hace un par de día, el
mundo del Rock no deja de despedir al baterista de los Rolling Stones…
Los compiladores de anécdotas
nos dicen que cuando Mick Jagger le propuso sumarse a una banda de Rock, Watts le preguntó si con esa actividad iba a ganar dinero…
Lo suyo era el Jazz, confesado con palabra y vida por él mismo. Lo cito: «El jazz es mi pasión. Es la música que quiero hacer. Los Stones son una molesta forma de pasar el tiempo»
Ciertamente, que muy poco
conocemos de su actividad como músico de Jazz, no obstante, sabemos que en la
medida de sus posibilidades se dedicaba a esa música que lo apasionaba.
Y queda en este espacio la reflexión: sabemos
que ser músico de los Stones demanda mucho tiempo, grabaciones, giras,
entrevistas, presentaciones. Si bien, con el correr del tiempo, uno puede
desligar actividades, de todos modos ser un Rolling Stones ocupa, sin duda,
mucho “espacio” psíquico, espiritual, mental, etcéteras. Me pregunto cuánto de
otra cosa se podría ser si uno es un Stones.
Creo que no mucho, intuyo que
un Stones, le guste o no es antes que nada un Stones y todo lo otro es lo que
resta.
Tal vez, me equivoque, ojalá
así sea, pero intuyo que Watts no ha podido ser y hacer todo lo que le hubiera
gustado. No sé cuánto podía abrazar aquello que lo apasionaba realmente.
Ese suele ser el precio que se
paga cuando por conveniencia o necesidad terminamos haciendo algo que no amamos
o no nos apasiona.
Les pasa a muchos, acaso a la
mayoría de los seres de este mundo.
En el caso de Watts parece ser
el precio que tuvo que pagar para ser una majestad de “Sus majestades…”
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