Lo
que sucede este año me remite a los versos de un entrañable amigo y
“poeta en secreto” como suele llamarse a sí mismo Enrique Sbareglia.
Es
que esta pandemia, ya se sabe, no ha permitido que infinidad de
personas se conozcan.
No
hay que aclararlo mucho, al no poder realizarse reuniones masivas:
encuentros en fondas, bares, pistas de baile, estadios, etc., muchas
personas que podrían haberse conocido no se conocerán jamás…
Incontables
historias de amor no existirán, encuentros fortuitos, reencuentros,
hallazgos de personas que podrían haber conducido nuestra historia a
los cielos o a la tragedia o a ambas cosas, no se
habrán dado.
Todo
ha sido un gran desencuentro.
Tal
vez, algunas historias virtuales que nunca faltan, pero fuera de la
virtualidad, todo ha sido una especie de vacío de sucesos…
Nunca
sabremos cuánto de las historias que no sucederán han sido en
nuestro beneficio o acaso en nuestro detrimento.
Los
versos de Sbareglia son:
“Cuánto
amor sin sombras
en
la tierra,
cuántos
días que no tendrán ni un día.
Cuántas
veces no veré tus ojos,
ni
a donde miran cuando miran.
Cuánto
amor sin vivirse,
cuánto
amor…”
E.S.
Thurston Hopkins |
No hay comentarios:
Publicar un comentario