“Minute Movies” la magia ya existía…

  Cada tanto, algún joven me muestra en “canales de YouTube” u otras páginas en las que a alguien se le ocurre caminar humorísticamente resumiendo films en un minuto. Son parodias que acompañan con voz en off, animación e imágenes. Hasta llegué a ver una producción personificada por graciosos conejos animados que sintetizaban todas las películas de James Bond en 30 segundos. Una parodia excelente, exagerada pero que, como toda parodia, tiene algo de anclaje con la realidad, hay algo en todas las sagas cinematográficas que hace que pueda hacerse una síntesis brutal y que resulta como descubrirle “el truco al mago”.

  Por eso, si hablamos de antecedentes podría recordar la creación de Ed. Wheelan (1888-1966), sus Minute Movies de 1921. Estos comics tenían el mismo tamaño y forma que otras tiras cómicas, pero él las dividió en dos niveles para acercarse a la idea de "minutos". En ese “minuto” de lectura, desarrolló todos los géneros que pudo, así como lo hacía el cine: piratas, westerns, detectives, entre otros tantos. Se le ocurrió también presentar a sus personajes de papel como si fueran  "estrellas de cine", que desempeñaban una variedad de roles, así, como lo hacían los actores reales: un siempre protagonista Dick Dare, guapo, con mirada firme y siempre listo para la aventura o el romance; Hazel Dearie, que competía con Dick como protagonista; Ralph McSneer, quien generalmente interpretaba a un villano; Blanche Rouge, una vampireza al estilo de Theda Bara; Herbert Honey, una estrella infantil; e incluso animales como Dynamo the Wonder Dog y Milo, un mono…

  Quise traer a la memoria al gran Edgar Stow Wheelan porque ha sido un precursor en eso de tomar técnicas y características cinematográficas y parodiarlas y porque hacer algo que pocos logran: poner a sus lectores en ese lugar entre la realidad y la ficción ya que, deben saber, amigos entusiastas de este blog, que Wheelan recibía, en aquellos años, infinidad de pedidos de autógrafos de las estrellas de sus Minute Movie…

  Sí, como si de verdad existieran…

  Y acaso…