En esta
costera y fresca ciudad del sur del mundo, Mar del Plata, comienza desde mañana el IX Festival de Jazz…
Una buena
excusa para recordar a los dioses como Parker quien pasó por institutos
psiquiátricos y fue sometido a numerosos electroshock y, entre otros desvaríos, solía empeñar sus
saxos para comprar drogas y alcohol…
Un día de abril de 1947: Parker o Bird
como lo llamaban, convoca a sus músicos a un ensayo para una actuación.
Fueron todos menos él. Ensayaron igual con Miles Davis a la
cabeza. Una semana después, sin que nadie supiera nada de Parker se
presenta al recital como si nada raro hubiera sucedido…
Entonces, prefiero transcribir lo que Miles redacta en su
autobiografía: “Y de repente entró sonriente y eufórico, preguntando si
todos estaban a punto para tocar, con aquel falso acento británico que le
gustaba utilizar. Cuando fue el momento de atacar el primer número, preguntó:
‘¿Qué tocamos?’ Yo se lo dije. Él asintió, contó los compases y tocó
cada jodida melodía en el tono exacto en que la habíamos ensayado. Tocó
como un hijo de puta. No falló un compás, una nota, no tocó fuera de
tono en toda la noche. Algo grande. Nos quedamos pasmados como idiotas”.
Cuando terminó aquel recital en el Three Deuces, Bird se
acercó a los músicos y les dijo: “Esta noche tocaron muy bien, chicos, excepto
un par de veces que en perdieron el ritmo y fallaron algunas notas”.
Así son los dioses…algunos como él solo viven 34 años…
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