Azarosamente, me volvió a la memoria un hechizo inigualable, el mejor de toda la cinematografía
a mi caprichoso entender.
Es en el
film “El bufón del rey” o en
otras traducciones “El bufón de la corte”
(The court jester” 1955), protagonizada por el inigualable Danny Kaye,
hoy desconocido por la nuevas generaciones.
Con un chasquido de dedos, el protagonista deja
de ser un inepto y miedoso espadachín para convertirse en un experto temerario.
Pero, otro chasquido lo puede devolver a su estado
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