viernes, 20 de agosto de 2021

Tango de viernes, viernes de tango…

 

 Me gustan las despedidas que tienen ese sabor tan épico como secreto.

 En Argentina y más en su ciudad principal, Buenos Aires, el café es una pasión.

 El café lo es todo, es un reposo, es un instante, es la pipa de la paz, es la lanza de guerra, es la excusa perfecta, es encuentro y es despedida…

 Cafés cortitos, pequeños que todos los “bares” sirven, fuertes, tremendamente fuertes…

“El último café”, letra de Catulo Castillo, música de Héctor Stamponi y la voz de un poco recordado Jorge Váldez.

 Mis versos preferidos: “Miro la garúa, y mientras miro/ gira la cuchara de café…”, también no puedo dejar de citar el final fantástico: “Llovía y te ofrecí, el último café.”

El Ultimo Café

“Llega tu recuerdo en torbellino,

vuelve en el otoño a atardecer.

Miro la garúa, y mientras miro

gira la cuchara de café

El último café

que tus labios con frío

pidieron esa vez

con la voz de un suspiro.

Recuerdo tu desdén,

te evoco sin razón,

te escucho sin que estés

"Lo nuestro terminó"

dijiste en un adiós

de azúcar y de hiel.

Lo mismo que el café

que el amor, que el olvido,

que el vértigo final

de un rencor sin porqué...

Y allí, con tu impiedad

me vi morir de pie,

medí tu vanidad

y entonces comprendí mi soledad

sin para qué...

Llovía y te ofrecí, el último café.

 Catulo Castillo

 


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