Un cuento antes del Carnaval…
"Siempre me conmovió la increíble
historia que Ricardo Lesvin, un poeta que decidió pensar sus poemas y nunca
escribirlos solo por el hecho de disfrutar el instante de la inspiración
desligado del agobio de tener que traducirla en palabras y, así poder, disfrutar
de ese momento de epifanía como una delicia extrema, me contara cierta vez de otro
amigo suyo muy querido…
Dicho amigo había rogado al demonio el favor del olvido, es decir,
olvidar por completo la existencia de alguien de quien se había enamorado con
esa perdición de sentimientos que tan bien sabe albergar el alma sensible. Esta
decisión era el lógico resultado de no poder concebir la más mínima de las
esperanzas amorosas debido a varios factores que ahora me ahorro de explicitar.
Y pues, como los ángeles caídos nunca niegan un pedido que pueda causar daño,
aún sin necesidad de pacto alguno, su favor le fue rápidamente concedido.
Al otro día amaneció renovado, sin los apremios y las angustias del amor
no correspondido, estaba como nuevo, saltó del cuarto como un trabajador sin
excelsas pretensiones para la vida. Claro que, a poco de andar, obvió el
detalle de que la despreocupada cotidianeidad le hiciese encontrarse con la que
fuera su amada antes del demoníaco olvido. Este primer falso encuentro para él
no produjo nada distinto al primero, fue verla y amarla y, por supuesto, fue pasar
un día de enamoramiento desesperanzado tan fatal que no arribó a otra opción
que la de recurrir nuevamente a las fuerzas del maligno para que lo protegiera
y le hiciese nuevamente olvidar aunque para él resultara como una primera vez.
Y así es cada día de su vida desde entonces…
A día de hoy, algo intuye, porque la mente humana es noble o
traicionera. Algo le sugiere que lo que vive ya lo ha vivido y, por cierto, el
trato con el demonio ya lo intuye con extrema familiaridad, no obstante, la
felicidad de hallar el amor más grande del mundo cada día, lo percibe como un
paraíso indispensable."
P.S.
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