Dedicamos la entrada anterior a Johannes Kepler,
pero no hablamos de su madre, Katherina Guldenmann, cuya tía, según se
dice había sido “ajusticiada” en la hoguera acusada de brujería…
Katherina manejaba una casa de huéspedes, fue curandera
y herborista, oficios que bien se podrían tomar como de bruja…
Se dice también que quizá, la obra de su hijo Johannes, "Somnium", le acarreó serios problemas. Kepler habría perdido una
copia del manuscrito en 1611 e inapropiados lectores habrían interpretado que la misma era de carácter autobiográfico,
por ende: Duracotus era el propio Kepler, y la bruja Fiolxhide
no podía ser otra que Katherine Kepler, la madre del autor…
Katherine
Kepler fue acusada de bruja. El proceso duró desde 1615 hasta 1620, minando su
salud. Logró su libertad cuando, al ser amenazada de tortura exclamó: "Diré en medio de tormentos que soy una
bruja, pero no será más que una mentira"…
Coraje y sinceridad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario