“Si lográbamos
mover el barco un metro por día podíamos considerarla una buena jornada”
Hennig von
Gierke (escenógrafo)
El film de
1982 dirigido por Herzog no deja de ser un compendio de anécdotas tan terribles
como insólitas.
Sin embargo,
me detengo en la siguiente curiosidad: la película está basada en la vida de Carlos
Fermín Fitzcarrald quien para lograr sus objetivos épico-económicos, hizo
que un barco atravesara un sector montañoso en el Perú. Mandó desarmar
un gran lanchón para hacer transportar sus partes por los nativos y volver a
rearmarlo.
En cambio,
el director Werner Herzog hizo para el film, que se construyera un navío
de grandes dimensiones y que luego fuese transportado completamente íntegro.
Sin trucos fílmicos y sin usar maquetas.
Es decir
que para narrar una ficción acometió una empresa más grande que la realidad a
la que hacía referencia…
Algo así
como si se hiciera incendiar un edificio de 20 pisos, para contar sobre la quema de una casita. O si se consintiese en la muerte de 500 personas para
mostrar una batalla en la que perdieron la vida 250 soldados…
Fitzcarraldo…un film de
culto.
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