En una expedición de alpinistas, en el monte Nama, macizo del monte Gongga en China, un alpinista se suelta su cuerda de seguridad, se libra del arnés solo para tomarse una fotografía, pierde el equilibrio, cae por la pendiente helada en caída libre de 200 metros. Luego, su cuerpo fue hallado a 5.300 metros de altitud, en una zona de difícil acceso requiriendo un operativo de rescate…
Las imágenes, porque ahora
todo está registrado en imágenes, son pasmosas: sus compañeros, impertérritos, no
hacen más que observar (¿qué otra cosa podrían hacer?) cómo se desliza por la ladera mientras se oyen sus
gritos de angustia.
Se quitó el arnés para
tomarse más cómodamente una selfie. Porque en los tiempos que corren no importa
tanto lo que se vive, sino mostrar aquello que se vive. Exhibir la
experiencia que se está viviendo, es mucho más placentero que la experiencia que se
está viviendo y amerita el riesgo de perder la vida…
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