El Eternauta, por fin…

 

 Lo soñamos tantas veces. El historietista Juan Sasturain dijo alguna vez que leer las historietas de Oesterheld era como participar de una ceremonia de iniciación de algún tipo. Eso sentíamos de niños y de jóvenes. De pronto descubríamos que lo importante podía no suceder en Metrópolis o Ciudad Gótica sino en Buenos Aires, en los barrios y lugares que conocíamos. Los extraterrestres no invadían EE.UU. invadían el mundo y los veíamos desde nuestra casa.

 Eso era, es El Eternauta. Una super historia sin superhéroe alguno que nos pueda rescatar sino con héroes comunes desde la mirada y el protagonismo de uno en especial, Juan Salvo.

  La deseamos tanto en los cines, en film, en formato película. La imaginamos mil veces en pantalla. La soñamos. Pronto la tendremos. Dios dirá:

La peor película argentina, la peor del mundo y las resurrecciones…

 

"Un  buen día"

 Los films considerados malos en su época tienen la posibilidad de una resurrección: la catalogación como “film de culto”. Y el “film de culto” no es otra cosa que el reconocimiento posterior de ciertos valores que no le fueron ponderados en su momento por la crítica o por el público o por ambos. A veces, se ganan esa catalogación sin otro mérito que ser casi lo peor. Pasó con el film “The Room”, “La habitación”, 2003, EE.UU. escrita y dirigida por su actor principal Tommy Wiseau, de la que varios insisten en considerar como el peor film de la historia. Ciertamente que es fatal, pero la historia del cine es inmensa y hasta podríamos pensar en algunos films todavía peores.

 En estas tierras (Argentina) circula la idea de que nuestra peor película es “Un buen día”, 2010, dirigida por Nicolás Del Boca. Duró en cartel una semana, sus actores fueron castigados mediáticamente con desconsideraciones y burlas durante años. Ahora se la rescata, el film se exhibe en algunas muestras, los actores son considerados buenamente por grupos de cinéfilos.

 No obstante, el reconocimiento no viene por haber descubierto valores importantes, genialidades no observadas antes, maravillas ocultas. El reconocimiento y el prudente respeto sigue siendo por su misma catalogación, la peor de nuestro país…

"La habitación"

 

Los días pueden ser casi perfectos...

 

 Tiempo hacía que no criticábamos un film así como solíamos hacerlo, caprichosamente.

 Retomamos la costumbre con este de 2023: “Perfect Days” o “Días perfectos”.

 Cine de reflexión, cine que no es el de puro entretenimiento, aunque ya sabemos que el puro entretenimiento nunca es ni fue tan “puro”, no obstante, este es el otro cine. Todos buenos y todos disfrutables y todos con su público.

 “Los días perfectos” es una producción japonesa-alemana magníficamente dirigida por el genial Wim Wenders.

 Nos queda la duda si los baños públicos en Japón son, aún en estado de uso, la pulcritud suprema de modo tal que nadie podría tener prurito en ir y ponerse a limpiar sobre lo limpio…

 Hecha esta ridícula salvedad, diríamos que cada film, como cada producción artística puede tener muchas lecturas posibles.

 Desde estas sufridas comarcas sureñas, podríamos entender que, con contextos laborales más o menos humanos, cualquier trabajador, aún haciendo las tareas que nadie querría hacer, como limpiar baños públicos, podría vivir algo parecido a “días perfectos”…

 La narrativa tiene mucho más para darnos además de lo dicho y una actuación protagónica a cargo de Kôji Yakusho que emociona.

 Todos los pulgares arriba.

 Guionan Takuma Takasaki y Wim Wenders.

James Earl Jones (1931-2024)

 

 Hay personajes que son lo que son por su voz. No en caudal completo pero que sin su voz serían mucho menos o, con ella son mucho más.

 De Darth Vader, poderoso personaje, nos resuena su timbre, su coloratura, las frases completas que recordamos, las recordamos tanto por el peso del guion como por su voz inigualable que era la de James Earl Jones.

 Podríamos citar otros casos. Por capricho evocamos a Robert Powell. Cuando vino a nuestro país y participó en uno de esos programas agotadores en que invitan a actores y famosos, nos deslumbró con su voz en tiempo real. Powell era “Jesús de Nazareth”. En estas tierras aún circulan estampitas con la cara de Cristo que no es otra que la de Robert Powell (creo contar con una). A veces, creo que, si Jesús volviera en el esplendor de su gloria o nos recibiese más allá de la muerte, no tendría otra voz que la de Robert. Acaso hasta nos hablaría en su gélido inglés.

 Si Vader existiese, no podría tener otra voz que la de Jones…

George Simmel, los tranvías y lo que vendría…

  Fue George Simmel quien observó que, con la invención del tranvía, dos personas que no iban a hablarse estarían mirándose un buen rato a la cara. Seguramente hay quien piense en excepciones. Pues sí, siempre las hubo. 

 Nos preguntamos si Simmel ya intuía lo que vendría: transportes modernos masivos llevando durante horas a cientos de miles de personas que no se conocen y no se conocerán, que no quieren ni intentan conocerse, que mayormente no quieren hablarse ni mirarse…

Batman de nuevo, se celebra

 

 La animación de los años `90 nos produjo algo que extrañábamos y que parecía imposible: esa sensación de algo nuevo en un contexto conocido, tradicional. El “Batman la serie animada”, desarrollada por Bruce Timm y Eric Radomski que disfrutamos entre 1992 y 1995 aportó unos toques de magia tanto en la creación de los dibujos, como en el tratamiento de las historias, en el sonido, en todo. Fue fascinante.

 Ahora, haciendo la salvedad de que no hay grandes invenciones, tenemos una resignificación de aquello con la misma dirección de Timm y un tratamiento de historia y personaje acaso más cercano al original del Batman investigador en la década del `40.

 Para disfrutar en plataforma Prime.

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