sábado, 22 de enero de 2022

Las imágenes que abundan en las redes…

  Lo que conforma un desayuno, un almuerzo que acaba de ser servido, las bebidas que se están tomando, las imágenes en un escenario de vacaciones, una circunstancia afectiva: besos, abrazos, gestos, entre tantas otras posibilidades: pasear una mascota, ir a la peluquería, ver un espectáculo, esas son las imágenes que vemos en las redes sociales, todo el tiempo, a cada instante.

 Lo llaman “presumir”, podría ser “ostentar” y es simplemente “mostrar” escenas que hasta hace pocos años quedaban reservadas para los presentes del momento, incluso para la intimidad. Las viejas fotos, si es que a alguien se le ocurría tomarlas, no se difundían ni tanto ni tan rápido como hoy. Las viejas fotografías eran para atesorarlas…

 Pareciera que se convirtió en necesario sumar un plus al placer, es decir, al placer de vivir algo debemos sumarle imperiosamente algo más y ese "algo más" es el placer de mostrarlo. Podría intuir hoy que lentamente, y acaso no tan lentamente, ese “lugar” del placer o ese “activador” se está desplazando. No es tan deliciosa la comida como mostrar que vamos a comerla… El gozo se va trasladando, ni lenta ni perezosamente aunque sí peligrosamente desde la realidad a la virtualidad, desde el acontecimiento a la imagen del acontecimiento o, más precisamente, a la exposición del acontecimiento. Intuyo que si la dirección del placer no cambia, y seguramente no va a cambiar, el placer radicará únicamente en la imagen, en lo que mostramos a tal punto que lo que se viva no interese demasiado, no conmueva, no dé tanto placer e incluso un día puede que la realidad hasta fastidie, puede que se convierta lo que se vive realmente en un trámite desabrido pero necesario para lograr el goce de ser mostrado…





3 comentarios:

  1. Estamos cada vez más vacíos que tenemos que "mostrar" lo que poseemos para sentirnos un poco mejor con nosotros mismos.

    Saludos,
    J.

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