Hace unos días comentábamos
esta película, en principio, celebrando que se tratase de un Western. Hace
tiempo que no aparecía alguna de esas historias que encendieron nuestra niñez,
muy colonizada por cierto. Nuestra infancia recibió esa información
cinematográfica muy del Oeste estadounidense según la mirada de Hollywood,
pero, al fin y al cabo, fueron films tan deslumbrantes como disfrutables.
Pero, lo que mueve estas líneas
es la temática periférica alrededor de las noticias… podríamos decir, que es el condimento que saboriza y nutre y sin él la comida se pierde.
Como dijimos en nuestra entrada
anterior, el protagonista de "Noticias del gran mundo" es un ex capitán que luchó
en la Guerra Civil (Norte vs. Sur) quien, una vez finalizada la contienda, se
dedica a ir de pueblo en pueblo leyendo por unas monedas las noticias que no
pueden ser leídas a causa de las grandes distancias que conspiran en la
distribución de los periódicos como así también porque la población es mayormente
analfabeta.
El ex capitán Kidd se gana la vida y
acaso huye un poco de ella, de su vida personal, deambulando los pueblos y fomentando
improvisados auditorios. A lo largo del film, podemos apreciar de qué manera la misma
noticia es bien recibida en algunas zonas y no en otras. La noticia que fue
escrita como “buena noticia” para la centralidad del país resulta “mala”,
humillante o prepotente para los pueblos del sur…del derrotado sur…
También, podemos apreciar una
importante secuencia en la que a nuestro protagonista le imponen por la fuerza
algunas lecturas por sobre otras…
A partir de esta sucinta apreciación, podemos
intuir que los temas para reflexionar son: la importancia del periódico en el
Siglo XIX, los lectores y los escuchas, la alfabetización, la imposición
mediática, la notica como entretenimiento y oportunidad de tertulia, la transmisión
de noticias como medio de ganarse la vida y, finalmente, la más interesante de
las reflexiones a las que nos puede llevar esta película: la ficcionalización
de las noticias ya que esas que son dramatizadas y acaso exageradas,
modificadas y meditatizadas a través de gestos y tonos de voz por quien las
transmite, son sin duda las que el público disfruta hasta el aplauso.
Así reaccionaban los receptores
de antes y así reaccionamos ahora también…
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