Las vidas de las estrellas de cine no se destacan por ser maravillosas. Si bien, las estrellas cinematográficas fueron y son tantas como las que brillan en el cielo, nos da la sensación de que, en algún punto, no construyeron, generalmente hablando, vidas envidiables.
Ahora nos enteramos que Radcliffe
se presentó a trabajar bastante borracho. Estaba angustiado o depresivo porque
tenía dudas sobre su futuro luego de la saga Potter. ¡Vamos! ¡Amigo Daniel! Permite que te llame
amigo: no te pongas así, si has comenzado a beber por la angustia futura que te
dio una labor de éxito y fortuna, imagínate cuanto deberían beber nuestros
conciudadanos que trabajan duramente por un salario miserable y no saben qué
será de ellos la semana próxima…
De todos modos, esta entrada no es
para hacer angustia comparativa sino
para decirte que preferíamos no saber lo que has confesado.
Es que solemos ser espectadores algo ingenuos, imagínate
que creemos que es real un film que nos dice “basado en hechos reales”. Desde este humilde espacio, te confesamos
que preferíamos no saber lo tuyo porque somos tan simples, que nos es difícil
separar la ficción de la realidad. Sabemos que hay un público que se desvive
por los chismes de farándula, pero no es nuestro caso. Nos dices que fuiste al
set de filmación borracho y en nuestras almas no cabe otra verdad que la de anoticiarnos
de que Harry Potter no es el
mago que creíamos que era sino un débil borrachín deprimido con miedo al
futuro.
Amigo Daniel y amigos
actores-estrella, en especial quienes encarnaron personajes tan entrañables, un
pedido: guarden algunas verdades dolorosas para ustedes mismos, sean egoístas de
esos padeceres. Ya ven que hay un egoísmo bueno…
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