lunes, 29 de enero de 2024

“Semana de retromédicos” Día 1: “Kildare”

 


 Es muy posible que el origen de las múltiples historias médicas que hoy aparecen y desaparecen en canales y plataformas lleve un nombre específico: “Dr. James Kildare”, una serie de 1961 a la que muchos reconocen como el primer “drama médico”. La serie de esos años contó con 191 episodios de una hora de duración distribuidos en 5 temporadas en las cuales era Richard Chamberlain, quien prontamente se convirtió en un ídolo de las jovencitas nortamericanas  el que  interpretaba al Dr. Kildare, un médico interno del Hospital General Blair,  junto a su mentor, el doctor Leonard Gillespie  interpretado por un tal Raymond Massey. Chamberlain fue elegido como actor entre otros 35 posibles que se habían presentado para el papel.

 Sin embargo, esta serie no surgió de la mente de un guionista de series, esta historia procede de la creación de un Sr. llamado Frederick Schiller Faust quien escribió con el seudónimo de Max Brand unos cuentos e historias Pulp que derivaron de tan atractivos en una serie de films de los años 30 y principios del 40. En la década del 50 el personaje siguió vigente pero en formato de programa radial. Luego sí, en los 60 estalló la fama que se extendió más allá de las fronteras de EE.UU.


Max Brand

 En estas regiones del sur no conocimos las películas ni la serie, solo supimos del personaje por las historietas de edición mexicana Ed. Novaro.

 Si reconocemos a este personaje como el precursor de todos los personajes médicos que vendrían después y aún siguen viniendo, justo es que digamos que su creador Brand basó su personaje en un amigo suyo de la universidad, el Dr. George Winthrop "Dixie" Fish. El primer registro del personaje de Kildare sería una historia que Max Brand presentó para la revista Cosmopolitan en marzo de 1936: "Internes Can't Take Money" y, a partir de allí, las historias médicas no pararon de rodar, de recrearse, de actualizarse, de modificarse, siempre vigentes y populares.

 Brand no pudo tener noción cabal de su invención. Quiso ser corresponsal de guerra, en realidad quiso reunir datos y experiencias para futuras novelas bélicas y en 1944 fue abatido en Italia.

 Un brindis por su invención que hoy goza de salud y futuro.

 

Dr. George Winthrop "Dixie" Fish





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