viernes, 28 de agosto de 2020

Para los jóvenes son los rituales juveniles…

 Es habitual ver en las redes sociales los videos de fiestas familiares en las que la abuelita sale a bailar como una jovenzuela desquiciada o vemos como hacen que el abuelo salte a la pista con o contra su voluntad y se mueva “locamente” al ritmo de hoy pero como en “aquellos buenos viejos tiempos”.




 Estos videos son siempre acompañados con comentarios sobre la vitalidad, la alegría de vivir, “la juventud que no está en el cuerpo sino en el alma” y etcéteras…

 Nada más cierto.

 No es lo mejor transitar la tercera edad entre la asedia y la soledad…

 Pero a mí, esas imágenes me dan cierta pena…

 Ahora que me encuentro a pasos nomás de la vejez sé, claramente, cuales son los papeles que no quiero representar.

 Aclaro nuevamente y, sé que sin necesidad: no pienso que los “viejos” deban vivir apartados…

 Pero no quisiera verme en imágenes así…

 Mi padre, ya entrado en años, cuando debía y/o quería ir a una fiesta, llegaba a tiempo, eso quiere decir que llegaba temprano. No olvidemos que la condición que todo invitado a cualquier fiesta debe cumplir es la de llegar un poquitín tarde, o si se quiere, bien tarde. Eso da cierto estrellato, a pesar de que todos hagan lo mismo, pero es parte del ritual festivo.

 Bueno, pues el tipo, mi padre, llegaba temprano, saludaba cordialmente, alegremente si se quiere, sin ser un estorbo, y una vez que la fiesta tomaba color y fragor por así decir, él se retiraba. Había saludado, había cumplido, había quedado como un caballero, había probado alguna delicia, había bebido haciendo honores y se iba a su casa desentendido de si aquello devenía en bodrio u orgía.

 Él sabía perfectamente que todo aquello era un ritual juvenil…

 En aspecto musical me sucede lo mismo…

 La música se renueva y no envejece, pero sus protagonistas no pueden escapar al paso del tiempo…

“ Alguna vez fueron jóvenes” me dijo mi padre, ese mismo sí, cuando observaba los afiches de cantantes de tangos con peluquín y sonrisa de notoria dentadura postiza.

 Esos habían sido adolescentes cuando el público enloquecía por ellos, no obstante, el tango, se renueva y continúa, pero otros son los que salen al escenario con mejor porte…

 Al Rock también como a todos los movimientos musicales les sucede lo mismo.

 Me da cierta pena, ya lo dije, y hasta angustia, saber que los miembros de una banda son acompañados en sus giras por gerontólogos…



 Creo que se puede seguir componiendo para el mundo, pero creo que es noble seguir cantando y bailando en la intimidad…

 La fiesta desbordada, el recital superlativo, el escenario a toda pompa y locura es un ritual.

 Un ritual para los jóvenes…

 Disfruto seguir escuchando a las bandas y a los cantantes que me fascinaron en mi juventud y  aún lo hacen, disfruto de las composiciones que siguen haciendo. Pero sufro viéndolos en el escenario o tratando de ofrecer un espectáculo en vivo que tiene que ver más con lo que fueron que con lo que son.

 Me causan la misma sensación que los viejitos bailando alocadamente en esos videos de fiestas familiares…

 Adhiero a la actitud de mi padre: hay un momento en que hay que saludar cordialmente, compartir un abrazo, una sonrisa, una copa y retirarse…




2 comentarios:

  1. Claro que no es lo mismo ser viejo y millonario (o millonario viejo), que viejo y estar mendigando (o mendigo viejo).

    Algunos siempre la tienen más fácil que otros.

    Saludos,

    J.

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