jueves, 27 de febrero de 2020

William Ernest Henlei, poeta y sin buscador de tesoro…






  Dice su biografía que de niño sufrió tuberculosis y que esto derivó en la amputación de una pierna…

 Fue poeta (y lo sigue siendo porque los poetas nunca mueren). “Invictus” es su poema más difundido…

 Su amigo fue Robert Luis Stevenson fue quien le otorgó, por si hiciera falta, otra cuota de inmortalidad al transformarlo en Long John Silver, el pirata con pata de palo de la entrañable novela La Isla del Tesoro.

En su honor, un brindis:

Invictus
“En la noche que me cubre,
negra como el abismo de un polo a otro,
agradezco a los dioses que puedan existir,
por mi alma inconquistable.


En las crueles garras de las circunstancias
nunca me he lamentado, ni llorado en alto.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas,
donde yacen los horrores de la sombra,
la amenaza de los años, sin embargo,
me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargado de castigos el viaje...
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.”

W.H.


Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
W.H.





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