miércoles, 17 de julio de 2019

“Lignina”, así que se trataba de ti…






 En épocas en que el conocimiento científico parece justificarlo todo, me entero que las hojas de los libros contienen una sustancia llamada “lignina” y que, con los años, su síntoma de descomposición produce ese olor con un dejo de vainilla que lo hace, para los lectores, tan agradable…

  Así es como se descubre la "razón mágica" del encanto del aroma de los viejos libros…







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