Las novelas de espadachines del siglo XIX y
principios del XX abundaban en diálogos muy breves, incluso en medio de las
contiendas de esgrima en donde los héroes y antihéroes se jugaban la vida. Diálogos
que eran “esgrima verbal”, una palabra y luego, otra, la rápida respuesta del
contrincante.
Hoy sabemos que a aquellos escritores se les pagaba
por línea y, por lo tanto, esos diálogos les eran redituables para el sustento
cotidiano de esposa e hijos…
Hoy sabemos que, para los guionistas de historieta,
la palabra “continuará” significaba un artilugio importante y obligatorio a la
hora de mantener lectores cautivos…
Hoy, sabemos también que detrás de cada serie
televisiva norteamericana existía y existe un batallón de guionistas avezados y
que no se trata de la idea genial de uno solo…
¿Y a dónde quiero llegar con todo esto?
Quiero decir que, evidentemente, NETFLIX, descubrió
la fórmula para captar espectadores. Que halló un recurso, un truco de mago,
para atraparlos a todos y dejarlos atados a la pantalla del televisor hogareño.
Un recurso novedoso y fatal ha sido enviar la
emisión completa de cada temporada plantándole “el bichito” del deseo que puede
ser satisfecho inmediatamente a cada televidente. Incentivar el deseo y otorgar la
inmediata satisfacción es un buen truco…
Pero hay otros, más sutiles, más específicos, más
profesionales, más efectivos, más secretos…
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