Hace unos días, un canal de T.V. abierta (Telefé) anunció con
bombos y platillos la emisión de un film protagonizado por el genial Ricardo Darín en horario de las 22:15
del domingo (esos horarios extraños que frecuentamos en Argentina, ni 22, ni
22:30, sino 22:15…).
Hasta aquí, todo bien, con la salvedad que, en un gesto de
humanidad y prudencia, las autoridades del canal deberían saber que la mayoría
de los que ven la película por T.V. abierta es público trabajador, un público
que, masivamente, el lunes se levantará muy temprano y que difícilmente se pasará
el domingo hasta muy tarde viendo televisión…
No obstante, vayamos al punto: emitieron el film con
normalidad en principio, con las tandas publicitarias esperadas, pero…¡¡¡pero!!!
En los cinco minutos finales, cuando la trama se tensiona y se espera con ansiedad
y concentración suprema el desenlace, se despacharon con una tanda soberbia de
publicidad, y como si fuera poco, retomaron el film por apenas un minuto o
menos y volvieron con la misma emisión de tandas cuando solo quedaban segundos
del final. Tandas publicitarias que resultaban extensísimas en comparación con
los pocos instantes de emisión del film.
Esto no es más que otra muestra del ocaso de la T.V. En el
afán de ser redituable la T.V. abierta apuesta sus últimos cartuchos epocales a
recaudar a través de la publicidad y se olvida del espectador o sólo lo tiene
en cuenta como sujeto publicitario. No respeta a los televidentes, no respeta
al film, no respeta en lo más esencial a eso esencial que se debe tener en cuenta
cuando se cuenta una historia, una historia puede “cortarse” puede “suspenderse”
al ser narrada pero no en cualquier momento porque eso exaspera al receptor. No
lo saben o no les importa. Desesperan ante los avances comunicacionales que están dejando a la T.V. obsoleta y redoblan la
apuesta con devastadoras publicidades.
Tengan en cuenta amigos lectores, que el
film, en su final presenta una trama de diálogos sutiles, casi silentes,
definitorios y cuando estamos ante eso como espectador aparece una serie de
publicidades de programas festivos del canal con canciones y música estridentes,
promoción de dos telenovelas turcas, promoción de alimentos saludables y, entre
otras que ya olvidé gracias a Dios, la promoción de una pomada para el cuidado
de la dermatitis vaginal, sí, créanlo puñado de entusiastas lectores. Y, si
acaso uno supera esto e intenta volver a la trama del film, de pronto, retoma
otra vez la música estridente, la telenovela turca y la pomada vaginal.
Amigos de T.V. abierta, no abundo más en argumentos, si la
T.V. abierta está para morir, ustedes no están haciendo otra cosa que apurando
el trámite.
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