En esta región del mundo nadie cumple cadena perpetua. Pero,
como toda regla, hay una excepción: pasan los años y ningún juez se atreve a
liberar a quien fuera, otrora, allá por la década del `70 un asesino serial
cuando la palabra “asesino” tenía otro valor y nadie conocía la palabra “serial”,
Carlos Robledo Puch es su nombre.
Ahora, Luis Ortega
dirigió el film que, cinematográficamente, nos cuenta la vida de este joven
delincuente, ladrón que robaba lo que no necesitaba y mataba aunque su vida o
su libertad no corriesen riesgo alguno.
No obstante…el film parece un tributo al cine de Quentin Tarantino más que una propuesta
local original…
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