Es un tema que fastidia y duele.
Pero es recurrente y no deja de ser importante.
No quisiera escribir que lo único esperanzador y
serio en cada catástrofe es la solidaridad de la gente común, no quisiera
escribir eso, pero lo hago…
Lo demás es agregar dolor a la tragedia, como si la
tragedia, de por sí, ya no incumbiese demasiado dolor…
Esto convencido de que en estos tiempos, en estas
últimas décadas, los actos heroicos y ejemplares, la acción épica sincera y
verdadera es siempre anónima. Cuando los medios han querido fomentar la acción
heroica, ejemplar y esperanzadora, se han aliado con los corruptos y los
fanfarrones y se han subido a la mecánica común de la leyenda urbana. Por eso
estuvo en vilo un país tratando de captar el momento épico-esperanzador sobre
algo inexistente, sobre la nada. Porque desde la imbecilidad de algunos cuantos
y la imbecilidad mediática se construye un relato hasta que llega el momento de
certificarlo y en ese momento se descubre que todo es nada…
Y si es que volvemos a hablar sobre esto que ya fue tratado en este
espacio es porque recordamos que esto mismo ya había sucedido, no fue un
fenómeno original el invento de la niña Frida atrapada en los escombros. Con
otras características pero con muchas similitudes mediáticas existió el
imposible rescate del niño “Monchito” en aquel terremoto de México en 1985.
La misma irresponsabilidad de los medios, la misma
desfachatez de los falsos aprendices de héroes, el mismo vértigo del corrillo
generalizado, la misma tragedia y los mismos errores.
Tan previsibles somos los humanos…
https://elpais.com/diario/1985/10/07/internacional/497487617_850215.html
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