Ya sabemos que a Mel no lo acompaña la
crítica masiva y es desmerecido por cuestiones ajenas a sus películas...
Pero, cuando el tiempo pasa, (¡y sí que pasa el
tiempo!), de los artistas se olvida el corrillo, la anécdota callejera, el
comentario cotidiano por lo circunstancial, no obstante, queda la obra, siempre
queda la obra y la obra de Mel Gibson es inobjetable.
Los portales no tan masivos, esos que generan “la opinión de culto”, dicen que “Mel
lo volvió a hacer”. Yo me uno a esas
opiniones, Gibson volvió a hacer un film excelente.
Hay quienes comparan esta película con “Rescatando al soldado Ryan” y coinciden
en que la de Gibson es superior, no la comparo, es una película bélica
impresionante con una historia de vida magnífica y es una historia de vida
magnífica en una película bélica impresionante…
Gibson, a veces se ve obsesionado por la realidad, no puede decir “basada en una historia real” sino que
dice directamente “una historia real”.
Así es él, nos queda otra de sus tantas obras: “Hasta el último hombre” (Hacksaw Ridge).
No “dos
pulgares, arriba” sino ¡todos los
pulgares del mundo, arriba!
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