Superadas las fastidiosas cuestiones técnicas, aquí
estamos, en verano según consta en este lado del mundo:
Verano
Allí, las nubes itinerantes,
las nubes que vacilan y mutan y se marchan.
Hoy estoy dado a creer que no tienen forma alguna,
que no portan ningún símbolo, ningún mensaje.
Erraban los antiguos tratando de leer
la ruta de los pájaros, los dibujos en la arena,
el fondo de las aguas.
Todo nos dice nada
porque no tiene nada que decir,
porque cada cosa es lo que es
y eso es más que suficiente.
Hoy estoy dado a creer que nunca hubo secretos,
ni vaticinios, ni sueños significantes.
Todo se ha dicho a sí mismo,
todas las cosas se han presentado
todas las cosas se han presentado
sin más lenguaje que el de ser por el instante en
que son,
en que somos.
P.S.
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