sábado, 10 de octubre de 2015

Decidir si se está vivo o si se está muerto…






  Aprecio este comentario de Luis Guzmán hablando de una olvidada novela policial:

“En Laura , la novela de Vera Caspary, Mc Pherson, escritor de novelas policiales, llega para investigar quién asesino a Laura Hunt. Lo primero que pregunta es ¿cómo era la víctima? Le muestran su habitación. Entonces se encuentra con su retrato. Lo mejor son los ojos. En las novelas policiales la descripción de la mujer comienza por las piernas, el color del cabello o los ojos.

No hay que ser detective para advertir que el pintor estaba enamorado de la chica que pintó. El escritor no buscaba la pista de un crimen sino la naturaleza eternamente enigmática de la mujer. Pero ¿qué sucede cuando él se encuentra con la mujer del retrato? Está viva, la muerta es una amiga que fue asesinada en lugar de ella. El encuentra a Laura en medio de una tormenta. La ve. Lleva un sombrero y un par de guantes como en el retrato. Entra a la casa. El retrato de Laura Hunt está justo detrás de ella. La luz de los relámpagos resplandece a través de las ventanas. Esa mujer y ese hombre hablan de la resurrección. Laura está vestida con una especie de bata suelta larga, color de oro, que le da el aspecto de una santa en las vidrieras de una iglesia católica. Entonces Pearson recuerda una frase que le decía su abuela: `Encontrarnos en el cielo con aquellos que perdimos en la Tierra´. Entonces él, por un instante, duda si está vivo o muerto. Finalmente, se inclina por lo segundo y piensa que está en el cielo y se encuentra con Laura en aquel lugar que, desde que existen los dioses, es el último lugar de encuentro.”
                                                                                                   L.G.
                                                                                                                                







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