Puesto
caprichosamente a pensar en obras inconclusas, no puedo dejar de recordar la
biografía del General Julio Argentino
Roca que estaba escribiendo Leopoldo Lugones, cuando la
interrumpió, se fue a un hotel de un recreo en una isla del Tigre y bebió
cianuro con whisky.
Antes, nos dejó su última frase que, según algunas leyendas, la escribió en la
última página de la biografía trunca de Roca y según otras leyendas, la escribió sobre la madera de la mesa en la que se preparó su cocktail fatal: “No hay sino lodo, lodo y más lodo”.
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