Circula en
medios virtuales un programa de formato televisivo con propuesta de entrevistas
escandalosas y absurdas. Su conductora, Marisa
Maio, de apariencia disonante con los cánones estéticos imperantes en estos
casos: porta traje de baño y tacos altos; conduce extrovertida, el programa.
Pero todo
esto no existe en la realidad. Es una propuesta creada con Inteligencia
Artificial de cabo a rabo con características asombrosamente realistas pero que a cualquiera que no lo sabe, le parece muy cierto.
Con el
advenimiento de la IA, tendremos que ir acostumbrándonos a estos productos. Disfrutarlos
o pasarlos de largo, otra cosa no se puede.
A favor del
engaño Marisa Maio diríamos que tiene
una cuota de sinceridad porque no busca engañar demasiado. Prontamente se sabe
que todo es una creación ficticia. En cambio, durante cuántas décadas
millones de televidentes consumieron propuestas televisivas y mediáticas de
todo tipo creyendo que algo de lo que estaban viendo era cierto.
Aquí
recordamos las bromas de “cámara oculta”
de los programas de Marcelo Tinelli.
Hoy sabemos que aquello estaba bastante actuado, y que las cámaras ocultas no
eran tan ni tales. Ponemos por caso también, el aún vigente e internacional “Caso
Cerrado”, cuando hoy sabemos que todo eso no es mucho más que un paso
de comedia. No obstante, durante décadas, los consumidores de estos formatos
tomaron el engaño al pie de la letra.
Cierto es
que estas producciones de las que hablamos, se realizaron con personas de carne
y hueso y con elementos reales: estudios de televisión, mobiliario,
iluminación, etc. Todo constatable en la realidad.
Pero, hoy
pensamos que, para el caso, la propuesta Marisa
Maio no está muy lejos del producto final de siempre. No es tanta la
diferencia. En todo caso, le agradecemos a los creadores de Maio por arrostrarnos, de algún modo,
una verdad: todo es mentira…
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| Tinelli y sus "cámaras ocultas" |
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| Ana María Polo, "Caso Cerrado" |