domingo, 14 de diciembre de 2025

Licht y la seguridad de que nadie iba a leerlo

 



 Creemos que hoy, existen quienes escriben con la esperanza de que no los lean…

 En estas tierras, como en casi todo occidente, hay un Tribunal Fiscal de la Nación, esta institución que debería ostentar la honestidad entre tantas otras virtudes, este Tribunal repito, tiene un presidente que es, en este momento, el Dr. Miguel Licht.

 Y lo que pasó en estos días, si contamos la historia en orden cronológico, fue que dicho magistrado, debido a que aspira a ocupar una de las vacantes en la Corte Suprema de Justicia, teniendo en cuenta el favoritismo presidencial, quiso congraciarse con nuestro primer mandatario, devoto obsecuente del judaísmo, y publicó un texto al que llamó su “obra maestra”: “Tratado de interpretación constitucional: aportes de la Halajá en la interpretación jurídica”. Se trata de dos tomos, en total unas 1200 páginas, en el que Licht interpreta los principios constitucionales de nuestro país a la luz de la ley judía.

 No obstante, nos enteramos de que este escrito está muy, pero muy lejos de ser una lúcida reflexión jurídica ya que, ante las numerosas denuncias y observaciones irrefutables de letrados argentinos, debió admitir el “autor” que hizo su “obra maestra” con IA. Pero eso, aún no es lo peor, lo peor es que el bodoque que “escribió” este magistrado está repleto de errores y citas inventadas. En palabras de uno de sus denunciantes: “el libro está lleno de notas al pie falsas, con remisiones a trabajos inexistentes, atribuyendo posturas a autores que nunca dijeron lo que se afirma y con citas de páginas específicas en las que se habla de otra cosa” entre tantas otras incongruencias y falacias.

 Nuestra opinión es que, contrariamente a lo que se cree, Licht estaba seguro de que nadie iba a leerlo. Supuso que a funcionarios, amigos, adláteres y adalides de esta gestión les bastaría con el título (y es que tal vez, les basta). Acaso creyó que nadie descubriría su proverbial deshonestidad intelectual, su abyección teórica servil y realmente insultante para toda la ciudadanía y para la comunidad intelectual judía también, porque esto también es ofensivo para ellos. Pero resulta que sí, que todavía hay lectores académicos serios, todavía quedan en estas tierras personas que analizan lo que alguien escribe y arrostran la verdad pese a quien le pese…



 

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