miércoles, 16 de febrero de 2022

La chica más feliz, no suele ser feliz… (miércoles de película)

 



 Es una coproducción rumana, holandesa, japonesa y otros productores de diversas nacionalidades que apoyaron, no obstante, podemos decir que es una película rumana del 2009 dirigida por Radu Jude con guión de él mismo y Augustina Stanciu.

 Los protagónicos fueron muy bien llevados adelante por Andreea Bosneag, Vasile Muraru, Violeta Haret, Serban Pavlu, Doru Catanescu, todos ellos muy desconocidos en estas tierras…

 No solemos fastidiar con sinopsis pero esta vez algo diremos: una jovencita se ha ganado un coche de lujo en un concurso de refrescos y debe viajar a Bucarest para grabar una publicidad de la bebida que además testimonia la entrega del premio. Sus padres van a querer vender el auto para tratar de hacer negocios y “salvar” sus vidas económicamente hablando y la joven va a querer disfrutar, al menos un poco, de lo que es legítimamente suyo. El episodio afortunado deviene en conflicto familiar en medio de la filmación publicitaria que se vuelve agotadora por cambios y motivos absurdos. La felicidad de la joven no va a ser otra cosa que una situación de dolor profundo en todos los sentidos.

 No culpo a ninguno de ustedes, amigos lectores si comienzan a verla y no lo resisten. Es un film que agota pero tiene su sentido.

 Hay quienes quisieron ver en él la explicitación de intereses familiares que exigen conductas sacrificiales por parte de los hijos, hay quienes dicen que es una explicitación del intento rumano por olvidar su pasado comunista, hay quienes quisieron ver otras cosas en este film y todas estas perspectivas son valederas.

 No obstante, nuestra mirada va hacia las exigencias publicitarias. La grabación de la publicidad que es eje central del film se transforma en algo devastador para el espectador porque, sin dudas, el afán publicitario así lo es. Ya lo hemos planteado en este espacio. Las publicidades agotan. Agotan a quienes las hacen, a quienes las protagonizan y a quienes las reciben, es decir, agotan a todo el arco emisor y receptor por igual o no tan por igual pero a todos sin excepción.

 Rescatamos la película como muestra de ello, como pedagogía de lo que sucede en este aspecto que tanto fastidia…






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