sábado, 27 de junio de 2020

Aquel falsificador llamado Rudy y el vino que contiene la verdad...


 Zhen Wang Huang, es un señor nacido en Indonecia y se convirtió en Rudy Kurniawan
 Parece que con algunos buenos dineros que le enviaba su familia pudo ir haciendo su aparición en el mundo de las subastas de vinos de EE.UU. frecuentadas por coleccionistas millonarios y para, no hacerles larga la historia, el caso es que pudo hacerse lugar en los más exclusivos círculos de solventes enófilos, que solían hacer reuniones para descorchar botellas que valían como mínimo 15.000 dólares.
 Rudy siempre aparecía con la etiqueta anhelada por muchos y desarrollaba actividades de encantamiento para captar la atención con su increíble capacidad para reconocer a ciegas hasta la parcela exacta del viñedo donde se había cosechado la uva utilizada en tal o cual vino. No podría certificar si esto no tiene algo de leyenda...


 En 2007 se lo consideraba como el dueño de la mejor y más grande bodega privada del mundo y acaso lo era...con unos detalles “menores” por supuesto…
 Podía pagar en subastas de vino hasta un millón de dólares como si nada fuera.
 “Hazte la fama…” dice el proverbio…
 Comprar vinos no tiene nada de malo, el tema es ponerse a vender, en especial cuando uno comienza a vender algo que ha inventado, modificado, resignificado o falsificado, por así decir, sin más…
 Se convirtió en un exitoso vendedor de vinos de altísima calidad: de hecho batió todos los records al lograr hacerse de 30 millones en una sola subasta de vinos a principios del 2000…
 Pero…
 Vendió alguna que otra botella de vino “embotellada” entre 1945 y 1971 de una bodega que comenzó a embotellar en 1982…
 Entre otras discrepancias temporales…
 El registro del tiempo es tan cruel...
 De ahí en más es lo que cualquiera pueda ver en las series norteamericanas: llega a casa el FBI y hace de las suyas y descubre a un hábil falsificador de vinos con sus botellas corchos y etiquetas…
 Eliminaron 5000 botellas…
 Pero calculan que andan por ahí unas 10.000
 Tal vez, todo sea para que reflexionemos sobre lo verdadero y lo falso…
 Miles de vinos que los mejores bebedores podrían catalogar como maravillosos y acaso excelentes descansan en las más selectas bodegas privadas…
 Y se beben con mucho placer…
 Creo que de todos los embaucadores Rudy es el más perdonable, tal vez porque el contenido de sus botellas apacigua en parte el dolor de ser estafados…
 Propongo reconocer la existencia de vinos “Rudy Kurniawan” y desgustarlos como lo que son: buenos vinos (la falsedad pasa por otro lado).
 Acaso cuando termine de pagar su deuda con la sociedad pueda volver al ruedo como un creador de vinos tan parecidos a los “no falsos” como deliciosos...




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