lunes, 13 de enero de 2020

Enamorarse de la maestra, por siempre…






 Adjunto este poema autobiográfico del escritor y amigo Sergio Giuliodibari



Homenaje a Alejandra

Como tantos
otros pibes
yo me enamoré
de mi maestra.
Mi maestra era
la más fea
de la escuela,
pero tenía una voz
profunda
y dulce
como una sombra.
Yo cerraba los ojos
y la escuchaba
recitar a los poetas más extraños,
narrar las historias
de la historia
y ubicarnos
en un mapa de noches
sin
geografía.
Y ella
percibía mis ojos
cerrados,
mi enamoramiento,
mi pasión infantil,
y me decía:
¿Qué pasa, Giuliodibari?,
no te duermas.
Y me obligaba
a abrir los ojos,
a leer
con mi propia voz,
ni profunda
ni dulce,
a enfrentarme
a las imperfecciones
del amor.
Así aprendí
a leer los libros sin mirar
la foto de solapa,
a hacer el amor a oscuras,
a cerrar los ojos
cuando escucho
poesía,
igual
que los cerraba
cuando estaba enamorado
de la maestra más fea
de la escuela.

Sergio  Giuliodibari




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