Es posible que las horas
no sean las suficientes
pero creo que existen horas
singulares / definitivas /
aquellas en las que toda la nieve
reaparece de azul
y amanece en círculos perfectos.
Ni toda la vida de un dios
trocaría por una de ellas.
Cuando era niño solía sentarme
apoyado en uno de los ciruelos
y acariciaba la cabeza de un ser
que no conocía
y le hablaba de la magnitud
de las horas / de su levedad /
Ese ser partió hacia el desierto,
sin más labor que amanecer.
Y yo lo aguardo aún.
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