domingo, 26 de junio de 2016

“Facebook”, también nuestro cementerio…



 “Facebook” no necesita definición alguna. Agrego como curiosidad que auguran su reemplazo o nos dicen que su “época de oro” terminó, no obstante, suma más participantes de todo sitio de este planeta y a cada instante.

 Sirve para comunicarnos, para mostrar lo que somos, lo que no somos, lo que deseamos ser, lo que imaginamos ser, sirve para encontrar seres indeseables que creíamos perdidos y amigos entrañables a los que también creíamos perdidos, sirve para profundizar infidelidades o para denunciarlas, sirve para infinidad de cosas…

 Me he dado cuenta de que también sirve como cementerio.

 Es un cementerio virtual.

 Nadie desaparece del todo del “Face”. Cuando morimos, seguimos allí y nuestros amigos nos mandan mensajes que, según parece, muchos creen que llegan hasta el más allá...

 Hace poco. alguien me dijo que algún algoritmo hace que, con el tiempo, aparezca el perfil del fallecido con la leyenda “In Memoriam”. Una maravilla…

 Y todo sigue, el muro recibe las inscripciones como una magnífica lápida comunitaria y virtual…







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