Aprecio esa distinción que hace este mítico autor
teatral sobre el escritor de libros y el dramaturgo.
Lo cito:
“…el mismo rol del dramaturgo es una función antinatural dentro de la
literatura. El que escribe un libro es Dios, pero el que escribe una obra de
teatro se siente Dios y luego le entrega la obra al vicario para la creación de
la escena. En el escenario, Dios es el director o el actor…”
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